La mayor parte del enfoque de la crianza se centra en las relaciones entre padres e hijos, pero los lazos entre hermanos tienen un impacto significativo en el bienestar de niños (y de adultos eventualmente), y para muchos de nosotros, el vínculo con los hermanos serán las relaciones familiares más duraderas en nuestras vidas.
En una era de infancias bastante planificadas, dichos lazos han sido menos atendidos, y muchos niños pasan más tiempo con sus amigos y compañeros de equipo que con sus hermanos o hermanas. Ahora, de repente, todos se encuentran en casa juntos.
Aquí explicamos cómo mantenernos cuerdos con varios niños en casa, y tal vez incluso ayudar a fortalecer lazos entre hermanos.
Cuando los hermanos juegan más y se divierten juntos, llegan a ser más cercanos entre sí por el resto de sus vidas. Sin darnos cuenta, ahora es más difícil, porque hemos reemplazado el tiempo de juego con deportes y otras actividades. Pero ahora, todo niño debe reconocer que su hermano es el único compañero en casa.
Observa con qué se divierten y trata de facilitarles eso. Quizás tus hijos siempre pelean al jugar ciertos juegos, y un juego de mesa cooperativo sea mejor. Encuentra actividades que sean buenas en diferentes niveles, como las manualidades.
Si a tus hijos les encantan los juegos imaginativos, podrían necesitar ayuda para unir sus gustos e intereses en alguna actividad. Considera lo que les gusta hacer y anímalos. Puedes ponerte creativo y sugerirles algo para que todos estén satisfechos.
Entonces apártate. No sólo porque necesites un descanso, sino porque tus hijos también querrán pasar tiempo exclusivamente entre ellos. Si existe una gran diferencia de edad entre hermanos o si el hermano mayor es un adolescente, reconoce que el mayor no siempre deseará convivir con sus hermanos menores.
Es importante que los niños aprendan a manejar su agresión, y un hermano suele ser una gran oportunidad para ello. Ahora, las “reservas emocionales” de todos se hallan bajas por el hecho de vivir en una proximidad forzosa.
Si bien es buena práctica en tiempos normales dejar que los niños resuelvan problemas por sí mismos, para la salud emocional de tu hogar, es posible que tengas que ser más proactivo. Aquí hay estrategias para conservar la paz.
Primero, asegúrate de que cada hermano tenga tiempo para pasar a solas todos los días. Si comparten una habitación, asígnale a cada uno un lugar separado donde pueda estar tranquilo jugando, dibujando, leyendo, escuchando música, o lo que quiera.
Segundo, procura que cada niño conviva con un padre, en un momento de uno a uno, todos los días. Incluso aunque sea de 15 minutos. Tu hijo lo necesita de por sí, pero si sobrelleva un conflicto con un hermano, esto le dará espacio para hablar sobre ello. Y si lo menciona, escúchalo y reflexiona.
En lugar de abalanzarte a sermonear: "es importante que te lleves bien con tu hermano porque siempre se tendrán el uno al otro y no sabes si tendrás a alguien más", simplemente escucha la queja del niño y luego repite lo que está tratando de decirte, así le harás saber que lo escuchaste.
Uno de los errores que cometen los padres (y es uno que suele repetirse, pues somos humanos) es intervenir en un conflicto entre hermanos señalando la falta de uno de ellos. Esto refuerza la rivalidad entre hermanos.
Por supuesto, si tu hijo golpea a su hermana en la cabeza con una espada de juguete, podrás señalarlo inmediatamente. Pero no debe parecerse a un “tribunal de justicia". No debes sopesar evidencia, sino entender los sentimientos.
Ello no significa que no le pasará nada al espadachín. Quítale el juguete y declárale lo que piensas para explicar por qué procedes así: "Me preocupa que alguien salga lastimado, así que guardaré este juguete".
No intentes discutir sobre quién tiene razón y quién está equivocado, pero explica por qué ese comportamiento debe limitarse ("aquí no se pega"). Escucha a cada niño y luego refleja lo que hayas escuchado (Ayúdame a entender. ¿Así es como te sientes?”).
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En ese punto, sopesa, ¿es hora de proponer soluciones al problema, como que las espadas de juguete sólo pueden usarse para golpear almohadas o cojines de sofá, o es hora de despejarse y reagruparse más tarde?
En estos momentos se les pide mucho a los padres, desde atender la educación en el hogar hasta preparar varias comidas y trabajar de forma remota. Así que baja las expectativas y sé amable contigo mismo. Es crucial tener rutinas y ayudar con el trabajo escolar, pero preservar la salud emocional de tu familia es prioridad.
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Para conseguirlo, pon en primer lugar el tiempo para que tus hijos se diviertan unos con otros. Para la felicidad de tu familia, es más relevante que “administres la imaginación y el juego” en vez de supervisar las tareas.
El vínculo entre hermanos es especial. Tus hijos, después de todo, son los únicos niños que saben lo que implica formar parte de esta familia, que es diferente de todas las demás, pues es la suya.
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