La pubertad puede ser un momento de confusión tanto para hijos como para padres. A medida que los niños cambian, también se modifica su estado de ánimo, su cuerpo, sus intereses e incluso las dinámicas familiares.
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Aunque una parte de ti prefiera que tu hijo permanezca pequeño, el hecho es que la pubertad ocurrirá pronto y lo mejor es que te prepares para ella.
Y no te preocupes, hablar con los hijos sobre los cambios en la pubertad no tiene por qué ser extraordinario, siempre y cuando uno se encuentre preparado.
Cada preadolescente se desarrolla a su propio ritmo, lo cual puede ser incómodo para quienes entran a la pubertad antes o después que sus compañeros.
La pubertad temprana puede tener un impacto significativo en los hijos. Por eso es importante que conozcas los desafíos que el tuyo pueda enfrentar si ésta llega más temprano.
Discute tus preocupaciones con tu pediatra con el fin de que tu hijo preadolescente sepa manejar cualquier tipo de acoso, comportamiento inadecuado o inquietud que pueda presentarse.
Por lo general, las niñas comienzan a experimentar los primeros signos de la pubertad entre los 8 y los 12 años. Los niños empiezan más tarde, generalmente entre los 9 y los 14 años.
La pubertad tiene que ver con el cambio y para un preadolescente ello puede resultar aterrador. Haz lo posible por saber qué esperar, de modo que puedas preparar a tu hijo para los cambios que se avecinan y hablar con él sobre los desafíos y las ventajas de este tránsito.
Ten en cuenta que algunos preadolescentes se adaptan fácilmente al cambio, mientras que para otros es estresante o deprimente. Te convendrá más tener varias pláticas a lo largo del transcurso de la experiencia, en lugar de una sola conversación larga.
Procura estar siempre disponible para hablar sobre cualquier tema que pueda molestarle a tu hijo.
Los niños maduran un poco más lentamente que las niñas. Para los niños, la pubertad comienza a los 11 años en promedio, aunque comenzar a los 9 años o tan tarde como a los 14 aún se considera normal. Algunos niños maduran más rápido que sus compañeros y unos cambios ocurren de modo más gradual que otros.
Varios de estos cambios físicos son muy personales. Como padre, es posible que no los notes, pero tu hijo sí lo hará. Algunas de estas experiencias pueden ser vergonzosas para él y probablemente mantendrá parte de ellas en privado.
Externamente, podrías notar que el cuerpo de tu hijo comienza a crecer, pero justo antes de que suceda, puede que aumente un poco de peso y parezca que sólo tiene brazos y piernas. A continuación, vendrá una etapa de crecimiento en altura, alrededor de los 13 años.
Sus hombros y su espalda se tornarán más amplios y sus músculos se definirán más. Se volverá más fuerte, lo cual podrá aprovechar con rutinas regulares de ejercicios. Sus genitales también aumentarán de tamaño e incluso el tejido de su pecho podría volverse más grande.
La higiene personal es quizás uno de los mayores cambios para los niños pequeños. Aunque antes haya sido difícil lograr que tu hijo se lavara las manos o se bañara, ahora tendrá que prestar más atención a estos hábitos a medida que sude más y produzca mal olor corporal.
Sus hormonas producirán más grasa en la piel y podría ser propenso a brotes de acné. Este es el momento perfecto para presentarle rutinas adecuadas para el cuidado de la piel.
La voz de tu hijo cambiará en el momento en que su crecimiento haya empezado a disminuir un poco. Esto sucede porque las cuerdas vocales y la laringe también aumentan en masa.
Antes de que su voz cambie por completo puede quebrarse y elevarse, pasando rápidamente de bajo a alto y viceversa.
Así como las niñas, los niños también pueden tener cambios de humor debido a las modificaciones hormonales, físicas y emocionales que están experimentando. Ten paciencia y muéstrate comprensivo.
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Cuando comienza el proceso de la pubertad en las niñas, los primeros cambios que ocurren no son visibles. Por ejemplo, algunos de éstos incluyen cambios en las hormonas debido a la activación del hipotálamo, un regulador en el cerebro.
Mientras tanto, se producen otros cambios en los ovarios debido a la secreción de la hormona sexual. Otros signos tempranos de la pubertad son el mal humor, el aumento del olor corporal y el flujo vaginal.
Para cuando tu hija tenga 8 o 9 años, debería enterarse de los cambios asociados con la pubertad por los que atravesará su cuerpo. Es más, no es necesario que sostengas una larga conversación, pero asegúrate de que ella sepa que pronto su cuerpo empezará a experimentar cambios.
Recuerda, las niñas que no son conscientes de que su cuerpo puede estar cambiando podrían asustarse al ver la sangre de su regla si no han hablado contigo previamente.
Aunque a la mayoría de las niñas no les llega la regla hasta los 12 o 13 años, algunas comienzan sus ciclos menstruales a los 9 años. Mientras tanto, es posible que otras no comiencen a hacerlo sino hasta los 16 años. Te convendrá hacer lo que esté en tus manos para preparar a tu hija con antelación.
Mucho antes de que tu hija comience su período, procura que tenga suministros como toallas sanitarias (o tampones). Habla con ella sobre cómo usarlos y asegúrate de que sepa que tendrá que cambiarse la toalla sanitaria (o el tampón) de manera regular durante el día.
La mayoría de las niñas están interesadas en consejos prácticos, como en qué pueden hacer si su regla comienza en la escuela. Explícale a tu hija que probablemente su primer período sea escaso y no abundante. También será imprevisto, por esto le favorecerá prepararse con suministros para tal situación.
Abstente de dramatizar en exceso los cambios que experimentará. Debes evitar asustarla por el dolor asociado con los calambres o por los cambios de humor propios de la pubertad. Cíñete al hecho de que este es un proceso enteramente natural por el que su cuerpo estará pasando: no hay nada qué temer.
Puede ser incómodo y a la vez emocionante ver a un hijo o hija interesado por el sexo opuesto, las citas románticas y el crecimiento. La vida transcurre bastante rápido, así que esfuérzate por estar preparado para sus próximos cambios, a fin de discutir valores familiares, expectativas, responsabilidades y demás.
En el Centro Educativo ECA estamos conscientes de que nuestros alumnos de secundaria atraviesan por un período de cambio, en nuestro modelo educativo tomamos esto en cuenta y los guiamos a través de las dificultades que se presentan. Agenda una cita con nosotros y conoce mejor nuestro colegio:
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