¿Has notado que a tus hijos les cuesta trabajo hablar en público o expresarse con los demás? No te preocupes, es bastante normal que esto suceda, aunque lo ideal es vencer este obstáculo poco a poco, pero con eficacia.
Muchas personas, incluidos los adultos, experimentan nervios o ansiedad al hablar frente a un grupo o con desconocidos. Esto se debe a varias razones como:
- Falta de experiencia
- Miedo al juicio
- Timidez
- Inseguridad
La oratoria
La oratoria es “el arte de hablar en público”. En este sentido, el orador es un artista que combina armoniosamente ademanes, gestos, expresión verbal y corporal, con el fin de persuadir, educar, conmover y agradar o simplemente expresar un mensaje efectivo.
¿Cómo convertir a tus hijos en artistas de la palabra hablada? A continuación, te presentamos una serie de técnicas que ayudarán a tus niños a ser buenos oradores:
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Preguntas guía
Pídeles que te hablen de un tema que les guste y dominen, pero hazlo a través de preguntas guía que sean básicas para explicar cualquier tema. Te mostramos cuáles podrías usar y las respondemos con un ejemplo sobre el ciclo del agua:
- ¿Qué es?: Un proceso.
- ¿Cómo es?: En el cual el agua se transforma en sus diferentes estados.
- ¿Dónde?: En el planeta tierra.
- ¿Cuándo?/¿en qué tiempo?: Se divide en cinco etapas (evaporación, condensación, precipitación, infiltración, escorrentía) durante las cuales el agua cambia de estado en un ciclo continuo e ilimitado.
- ¿Quiénes?/¿Cuáles?: Ríos, mares, lagos, etc.
- ¿Por qué?: Debido a la temperatura que modifica las moléculas del agua.
- ¿Para qué?: Es fundamental para la vida en la Tierra.
Estas cuestiones sirven también para estudiar y se ajustan a una infinidad de temas. Lo más importante es que dan estructura y dirección para que los niños conciban que toda exposición conlleva un orden y elementos esenciales.
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“Tocar tierra”
Al momento de tomar la palabra es común que en los pequeños y en cualquier persona se generen temores sobre que algo saldrá mal, que las personas están juzgando cada cosa que se dice o se hace y el error está al acecho.
La mejor táctica para eludir la ansiedad es volver al aquí y el ahora para no concentrarse en los miedos de lo que puede pasar y así redirigir los esfuerzos al actuar presente.
Respirar se vuelve la clave para el éxito de la gestión emocional. El niño o niña debe aprender a respirar profundo antes de hablar, tomarse su tiempo y mantener un ritmo cómodo que le transmita calma y seguridad.
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Surcar los errores
La perfección es imposible. Todas las personas nos equivocamos y el recurso viable para ello se halla en aceptarlo. Cuando se comete un desliz, basta con disculparse y continuar.
Nunca conviene hacer un drama del error, ya que estos son comunes e incluso el público empatiza con los oradores, de tal modo que conservar la serenidad y seguir es natural y bien visto.
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Seguridad y movimiento
Una persona es capaz de convencer a otras casi de cualquier cosa con únicamente mostrar una potente seguridad.
Para lograrlo, se sugiere a los pequeños visualizar su éxito. Imaginar los aplausos y confiar en sí mismos. Además, deben asumir una postura derecha, abierta, con la frente en alto y sin jugar con los pies o los dedos.
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Se recomienda tener las manos abiertas, arriba y en movimiento en concordancia con lo que se dice. Es esencial mirar a los ojos y caminar como si se dominara el espacio en el que uno se encuentra.
También, un tip muy útil ante una gran audiencia consiste en proyectar la voz hacia la última fila del público. Habíamos mencionado la efectividad que tiene el mostrarse seguro en la expresión, pero eso no significa mentir. Guía a tu hijo para que sepa cómo mantenerse honesto y confiado al comunicarse.
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Escucharse a sí mismo (a)
Sirve para que nos demos cuenta de la claridad y coherencia que tenemos al hablar, para no abusar de muletillas o notar si hemos cometido algún error conceptual.
No hay que olvidar prestar atención a la entonación de la voz para que esta no sea monótona y poner énfasis en los aspectos más importantes. Vale la pena hacer preguntas de confirmación para revisar que nuestros interlocutores hayan captado nuestro mensaje o para que permanezcan atentos.
Al identificar nuestras fortalezas y áreas de oportunidad recurrimos a una vía tangible para pulir nuestras habilidades de expresión oral.
No olviden la necesidad de ensayar con la familia o en solitario, ya que permite a los chicos autoanalizarse y/o recibir retroalimentación en un sitio seguro y ameno para ellos. En esta dirección, como padres, es nuestro deber compensar los avances con felicitaciones y premios para motivarlos a seguir mejorando.
Por último, queremos recalcar la influencia de los ambientes en el proceso de aprendizaje de los chicos. Entornos donde se valore el uso amplio del vocabulario, la lectura y, en general, el uso de la expresión oral para la comunicación efectiva y estética serán determinantes para que los niños adquieran habilidades destacadas.
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