La escuela tiene una enorme influencia en el éxito de los alumnos cuando se rige por el principio fundamental de que todo niño es capaz de aprender a leer y también dispone de los maestros y los recursos para convertir este objetivo en realidad.
Así, la escuela debe sustentar la enseñanza de lectura en una base teórica cuya efectividad se haya demostrado, satisfacer las necesidades específicas de instrucción de los alumnos, propiciar un ambiente organizado de aprendizaje y evaluar regularmente el rendimiento de la clase.
Los maestros, en particular, son los actores principales en lograr que los niños desarrollen una habilidad lectora óptima desde la primaria. Siempre que una escuela cuente con un equipo de maestros con las siguientes cualidades, conseguirá el propósito a que nos referimos.
Los maestros aportan conocimientos y habilidades
Es importante que los maestros comprendan las complejidades implicadas en la enseñanza de lectura y las habilidades para poder implementar una instrucción eficaz. Para ayudar a los niños a decodificar y comprender los textos, los maestros deben:
- Alentar a los niños a aprovechar sus conocimientos previos y brindarles la información adecuada si carecen de contexto para comprender los textos.
- Impartir instrucción directa que promueva la decodificación, la fluidez y la comprensión.
- Responder a las preguntas de los alumnos y monitorear su desempeño.
- Pensar en voz alta para que los niños se den cuenta de cómo un lector capacitado lleva a cabo la tarea de alfabetización.
- Brindar oportunidades para que los niños participen en conversaciones con propósito en el aula, reconociendo que el lenguaje oral es la base para la adquisición de las habilidades de lectura y escritura.
- Estimular a los niños a hacer y responder preguntas para aclarar o confirmar información y explorar ideas.
- Reconocer el papel del pensamiento de orden superior en el rendimiento en la lectura.
- Reflexionar sobre las preguntas planteadas por los niños para comprender mejor su pensamiento, identificar la naturaleza y el alcance de sus conocimientos y abordar cualquier laguna en su conocimiento.
- Establecer el vínculo entre la enseñanza de la lectura y la escritura, reconociendo que ambos son procesos interconectados y que la mejora en uno conlleva la mejora en el otro.
Motivan a los niños a leer
La escuela tiene un papel esencial en motivar a los niños a desarrollar una actitud positiva hacia el aprendizaje y la alfabetización. Los lectores que han sido motivados leen más, utilizan estrategias cognitivas más complejas y, por lo tanto, se convierten en mejores lectores. Para motivar a los niños a leer, es tarea de los maestros:
- Demostrar pasión por la lectura.
- Desempeñarse como lectores modelo para los estudiantes.
- Saber cómo los niños perciben su propia capacidad como lectores y promueven que cultiven una imagen positiva de sí mismos haciéndolos trabajar con textos que están en su nivel de lectura actual.
- Animar a los niños a aplicar las estrategias de lectura aprendidas cuando no están seguros del texto (por ejemplo, releer, leer con anticipación, usar dibujos, mirar la consonante inicial y preguntarse: "¿esto tiene sentido?");
- Hacer que el aprendizaje sea significativo al tener en cuenta la edad, los intereses y las necesidades de los niños.
- Proporcionar un entorno rico y variado que incluya material de lectura interesante, exposiciones y recursos multimedia atractivos.
- Promover la discusión, el trabajo en equipo y otras interacciones que hagan que la lectura se vuelva interesante y divertida.
- Integrar la lectura en otras actividades para demostrar que es una habilidad básica con valor práctico.
- Centrarse en la recompensa intrínseca (satisfacción personal) y el logro de las metas de cada niño.
Llevan a cabo tareas de planificación y organización
Los maestros deben adaptar su enseñanza para que coincida con el nivel actual de lectura de sus alumnos, así como reconocer que a medida que los niños progresan, necesitan dedicar más tiempo a practicar algunas habilidades que otras. Para ello, deben utilizar el tiempo de clase de la manera más eficiente posible.
Como planificadores y organizadores, algunos de sus objetivos son:
- Mantener horarios predecibles para que los niños sepan lo que se espera de ellos en las diversas actividades a lo largo del día.
- Asegurar que los niños puedan trabajar de manera independiente en ocasiones.
- Aplicar la práctica reflexiva, la observación y una variedad de estrategias de evaluación para identificar las necesidades de aprendizaje de cada niño y usar estrategias diferenciadas.
- Utilizar estructuras organizativas y técnicas de gestión del aula que permitan a los niños administrar su propio tiempo de aprendizaje.
- Monitorear el tiempo que los niños emplean para terminar sus tareas de lectura.
Observan el progreso mediante la evaluación continua
Los maestros saben que la evaluación continua es indispensable para guiar la enseñanza de los alumnos, por lo que deben:
- Basarse en una variedad de herramientas y estrategias de evaluación, como autorreflexión, asesorías y pruebas informales
- Utilizar datos de evaluación para determinar las fortalezas y necesidades de los niños.
- Adaptar sus estrategias de enseñanza para que coincidan con el progreso de los alumnos.
- Proporcionar retroalimentación significativa -en lugar de simplemente dar calificaciones-, celebrar los logros de los estudiantes, y hacerles saber en qué necesitan mejorar.
- Prestar atención a los niños con más problemas en esta área y buscar el apoyo oportuno cuando quede claro que la instrucción en el aula no será suficiente.
Conclusiones
La escuela, entonces, debe asegurar que la enseñanza de la lectura en el aula se gestione de manera que haya una alta tasa de participación, aplicar técnicas de motivación que fomenten el aprendizaje independiente, mantener altas expectativas de rendimiento y ayudar a los niños que presenten dificultades.
Y además de coordinar un esfuerzo conjunto entre colegas, los maestros tienen como misión suya involucrar activamente a las familias en el aprendizaje de sus hijos y también promover la lectura en el hogar.
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