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Los 3 elementos para propiciar una buena comunicación familiar

Muchos padres se sienten atrapados en patrones negativos al relacionarse con sus hijos. Se enfrentan a las mismas discusiones semana tras semana, dejando a todos sintiéndose exhaustos y cansados ​​de la batalla.

Cuando encaran comportamientos desafiantes o problemáticos en los niños, todos los padres cometen errores de vez en cuando. Los cinco más comunes son: 

  • Culparse mutuamente por el comportamiento de sus hijos. 
  • Avergonzar, criticar y sermonear a sus hijos.
  • Confiar demasiado en los castigos.
  • Dictar reglas sin discutirlas antes. 
  • Modelar comportamientos impulsivos o irrespetuosos.

Tales elecciones aumentan los conflictos y dejan a las familias apartadas y desanimadas. Peor aún, mientras los padres continúen cometiendo estos cinco errores, la relación con sus hijos se deteriorará constantemente. 

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Reiniciar el estilo de comunicación familiar

La habilidad más poderosa para fortalecer y mejorar las relaciones familiares es la comunicación saludable. La calidad de la comunicación de los padres determina en última instancia el éxito de su crianza y la felicidad de sus hijos. Los tres elementos esenciales para una comunicación familiar saludable: 

  • Comportamiento. Modelar un comportamiento positivo es parte vital de la crianza exitosa. Por ejemplo, cuando los padres se faltan al respeto entre ellos o a sus hijos, están entrenándolos para que no los respeten a ellos, a sus hermanos, a sus compañeros o a los maestros. Los padres deben modelar los comportamientos positivos que desean apreciar en sus hijos.
  • Palabras. La elección de las palabras por parte de los padres tiene un efecto poderoso en los niños. Nunca debe estar permitido que los miembros de la familia abusen unos de otros verbalmente. Evita el lenguaje degradante o desmoralizador. El lenguaje crudo o hiriente daña los egos frágiles de los niños y socava su autoestima. 
  • Escucha. Los padres que no saben escuchar tienen más probabilidades de tener hijos desafiantes o ansiosos. Escuchar es curativo. Es la base de casi todas las terapias de conversación. Los niños que sienten que sus padres son oyentes comprometidos desarrollan un sentido positivo de sí mismos y confían más en sus padres. 

Promover una nueva cultura de comunicación 

Establecer un cambio en los hábitos de comunicación de la familia lleva tiempo y no es fácil, pero brinda resultados sostenibles. Aquí hay cuatro áreas a abordar:

  1. Unidad de los padres. Mejorar la comunicación entre tú y tu pareja es algo fundamental. Discutan las decisiones de crianza antes de incluir a sus hijos. Resuelvan sus conflictos en privado. Pongan su ego a un lado. Eviten tomar decisiones ejecutivas, trabajen en equipo
  2. Reuniones familiares. Mantén reuniones familiares en un momento en que todos estén bien descansados ​​y relajados. Usa tales reuniones para establecer reglas y rutinas familiares. Deja que todos tengan una parte igual del tiempo para conversar. Siempre comiencen cada reunión agradeciéndose mutuamente por sus rasgos positivos antes de profundizar en situaciones más espinosas.

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3. Refuerzo positivo. Los padres tienden a ser demasiado críticos y a veces ignoran las mejoras en el comportamiento. Elogia las elecciones positivas de tus hijos. Presta especial atención a los cambios en el estilo de comunicación. Reconocimientos simples como, "Me gusta la forma en que me lo dijiste" o "Aprecio que me lo hayas dicho" refuerzan esta actitud.

4. Actividades familiares saludables. Deja a un lado tu teléfono celular, desconéctate de la tecnología, aléjate de las preocupaciones académicas o tareas domésticas. Toda familia necesita actividades saludables que disfrutar en conjunto. Considera los siguientes cinco tipos de actividades familiares saludables: 

  • Actividades físicas, como andar en bicicleta o ir al gimnasio.
  • Actividades creativas, como elaborar arte o ir a una galería o concierto.
  • Actividades intelectuales, como asistir a una conferencia, jugar o leer una novela juntos.
  • Actividades espirituales, como asistir a reuniones religiosas o practicar meditación.
  • Actividades altruistas, como ser voluntario en organizaciones vecinales o participar en campañas de donación.

Para liberarse de los patrones de comunicación negativos, tendrás que enfrentar tu propia inmadurez emocional. Deberás ser más paciente, atenta y reflexiva. Esto será un desafío, pero cuando te enfrentes al mismo, tus hijos te seguirán

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