La mayoría de padres se quejan de que sus hijos no los escuchan. Reflexiona: ¿Cómo actúas cuando alguien al otro lado del teléfono no puede escuchar lo que dices? ¿No te esfuerzas en lo posible para que la otra persona pueda escucharte? Esto es exactamente lo que debes hacer cuando trates de conseguir que los niños escuchen; debes, entonces, saber cómo dirigirte a ellos para lograr tu cometido.
La interacción diaria es esencial, desde en el momento en que van a la escuela hasta en el de la tarea vespertina. No queremos que estas interacciones se tornen en batallas. Debemos buscar enfáticamente que nuestras palabras no los lastimen. Comienza el día con palabras amorosas. Los niños son dependientes de nosotros. Están aquí debido a nuestro amor y calidez.
Las palabras que más irritan a un niño son las de instrucción: “haz esto y eso” o “no hagas esto”. Considera lo siguiente: ¡qué insultante sería si trabajaras con tu jefe o cónyuge, y mirara todos tus movimientos y te gritara “completa esto, hazlo rápido, siempre llegas tarde!”' Tu hijo es pequeño, pero tiene una voluntad independiente y libertad para elegir de acuerdo con su preferencia.
Ahora piensa en esto: cuán feliz te sientes cuando al recibir el aprecio de tu jefe, amigos o familiares. Así que asegúrate de apreciar a tu hijo a diario por las cosas pequeñas que deseas alentar en él.
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Puedes analizar la situación diaria y hacer ajustes:
- Cuando un niño llegue a casa, habla con él: "parece que estás cansado, toma algo para beber o comer", en lugar de recordarle la tarea y las cosas que deben terminarse (aunque eventualmente lo sugieras), háblale sobre cosas que le gusten: amigos, juegos, etc.
Este es un consejo amigable para los niños, cuando se trata de cómo dirigirse a ellos para que escuchen. Pasa tiempo de calidad animando a tu hijo a que exprese sus intereses. Lo mejor que puedes obsequiarle es pasar tiempo con él. Te sorprendería percatarte de sus diferentes matices y encontrar un nuevo amigo en él.
- Propón un horario fijo para que se siente a estudiar y transmítelo por medio de palabras amorosas. No sigas recordándole lo mismo: muestra que tienes confianza en él. Déjalo soportar la consecuencia de no completar la tarea un par de veces. La consciencia que uno adquiere al experimentar algo de primera mano enseña más que nada.
- Habla sin perder la calma o la paz en tu rostro, por ejemplo, al decir 'una vez que te hayas cepillado los dientes y bañado, vamos a desayunar”, o “puedes echarle un vistazo rápido a tu celular”.
- Piensa en diferentes formas de presentarle lo que buscas indicarle: "Vamos a sentarnos a estudiar temprano, para que puedas jugar con tus amigos en la noche o ver la televisión más tarde".
- Puedes pedirle a tu hijo que recoja su ropa pero en un tono normal, sin ninguna fuerza y sin diálogos como "¡cuántas veces tengo que decirte lo mismo!", o "nunca me escuchas". Es posible que algunos días tengas que recoger tú la ropa y dirigirte a él con cariño de vez en cuando.
- Las palabras positivas alientan a cualquier persona. Las palabras positivas procuran transmitir felicidad. Por lo tanto, alienta el lado positivo e ignora el negativo, lo que implica valorar los deberes que quieres que realice. Esta es la forma más fácil de lograrlo cuando el objetivo es que un niño escuche.
Considera los siguientes ejemplos: "Las ocasiones en que completes tu tarea temprano, lo disfrutarás pues tendrás más tiempo para jugar con tus amigos", o "Los días en que juegas al aire libre te ves más feliz y enérgico", o 'Los días en que te preparas temprano por la mañana, te sobra tiempo para hacer tus cosas favoritas'.
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- No todos los días son fluidos, algunos serán difíciles, pero no dejes que esto afecte tu intención, la de no lastimar a tu pequeño.
- Procura mantener un tono positivo. Cuando sucede algo positivo, es incorrecto decir algo negativo al respecto. Todos estos problemas surgen porque uno declara lo negativo en lo positivo.
Esto es algo de lo que deberás ocuparte cuando busques ser escuchado. Cada vez que digas: "No se hizo daño", se producirán cambios tremendos en la mente de tu hijo. Así que siempre habla positivamente.
- Cuenta historias interesantes sobre temas en que desees que tu hijo mejore.
A pesar de que lleguen a discutir mucho si realmente les enseñas con cariño, entonces la tensión y la rebeldía disminuirá. Estos momentos indeseables parten en gran medida de tu reacción. Eso no desaparece de su mente, ciertamente no puede borrarse. Entonces, comienza mejor a educar a tu hijo y dirigirte a él con todo el cariño que tengas disponible.
El objetivo primordial del Centro Educativo ECA consiste en acompañar a nuestras familias en el desarrollo de nuestros alumnos, lo que buscamos es potenciar su talento cuatro dimensiones: social, física, emocional e intelectual. Contamos con el respaldo de un equipo multidisciplinario, comprometido y competente, conócenos:
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