Los niños manifiestan su deseo de llegar a ser más autónomos en dos etapas: en la niñez y en la adolescencia.
Esta búsqueda se vuelve más intensa durante la segunda de las etapas, ya que los jóvenes comprenden mejor el mundo y empiezan a confiar más en sus habilidades personales.
Si bien todo padre quiere que sus hijos maduren y vivan una vida productiva como adultos, esta transición suele hallarse relacionada con ciertas dificultades, tanto para hijos e hijas como para madres y padres.
Tipos de autonomía
Los adolescentes pueden practicar la autonomía de las siguientes tres maneras:
- Emocional
Este concepto hace alusión a las emociones involucradas en nuestras relaciones con otras personas. Los adolescentes autónomos en sentido emocional, cuando se enfrentan a un problema, se animan a buscar sus propias soluciones en lugar de depender de padres o amigos.
Durante la adolescencia temprana se presenta un cambio en nuestro modo de pensar. Por primera vez, los padres son vistos como personas con defectos y con fortalezas. Entonces, los jóvenes recurren a apoyo emocional en sus amigos conforme desarrollan relaciones íntimas con ellos.
Es hasta el término de la adolescencia que se vuelven más autosuficientes, y dejan de depender tanto de los demás, para tomar decisiones con carga emocional.
- Conductual
La autonomía conductual consiste en nuestra capacidad de tomar decisiones y llevarlas a cabo, sin simplemente imitar a padres o a amigos.
A medida que los adolescentes van creciendo, se percatan de la posibilidad de solucionar problemas de diferentes maneras. Para ello, usan su pensamiento abstracto, comparan entre opciones y prevén las consecuencias de sus decisiones.
Los jóvenes normalmente adquieren una genuina autonomía conductual entre los 15 y los 18 años.
- Valorativa
La autonomía valorativa se refiere a la inclusión de nuestro sistema de valores personales -compuesto por actitudes y creencias independientes- en cualquier decisión política o moral que tomamos.
Este tipo de autonomía le permitirá a tu hijo llegar a conclusiones independientes acerca de los valores con que guíen sus acciones.
Cómo pueden ayudar los padres
Los adolescentes aprenden mejor a través de la práctica, además de que es necesario que aprendan a manejar sus propias vidas.
Sin embargo, también deben contar con la orientación y el apoyo de sus familias, aunque no los crean indispensables. Puedes ayudarlos de varias maneras en esta etapa.
- Establece reglas
Deja en claro tus expectativas con respecto a la hora de llegada, las citas, el trabajo, los privilegios, la seguridad y el ahorro de dinero. También es importante que recuerdes ajustar algunas reglas a medida que tu hijo vaya creciendo.
- Promueve una mejor comunicación
Comienza por comunicar abiertamente las razones por las que has establecido tales reglas o restricciones. Dale a tu hijo la oportunidad de compartir sus pensamientos. Anímalo a visualizar los resultados de sus elecciones y a indicarte por qué algo podría resultar absurdo para él.
Sé firme con las reglas y hazles saber a tu hijo las consecuencias de romperlas, pero esfuérzate por ser cálido y explicar el razonamiento detrás de tus medidas. Escucha sus opiniones y aliéntalo a compartirlas.
- No descartes a sus amigos
No evidencies tu desaprobación si tu hijo menciona los consejos de amigos como los motivos detrás de algunas elecciones suyas. Los adolescentes también empiezan a adquirir autonomía emocional mediante el apoyo de sus amigos.
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En cambio, pregúntale qué cree que harían sus amigos si se enfrentaran a una situación similar y por qué.
- Busque oportunidades de debate
Los adolescentes valoran mucho -aunque no parezca así- los consejos de los padres en torno a temas como valores, ética, moral, religión, política y planificación futura.
El que tu hijo se mantenga callado sobre estos asuntos, ello no significa que no le agradaría conversar acerca de los mismos. Aprovecha las oportunidades para sacar a relucir tales discusiones, cuyas conclusiones usarán para evaluar su pensamiento autónomo.
- Deja que contribuya
Asegúrate de que existan espacios y momentos para que tu hijo ejercite su autonomía y contribuya a la familia. Permítele que tome sus propias decisiones sobre cómo peinarse, decorar su recámara o elegir actividades extracurriculares. Invítalo a ayudar con el proceso de toma de decisiones en el hogar.
Puedes pedirle que busque información que sea de utilidad: al comprar un automóvil, al planificar vacaciones, al organizar una reunión, o al elegir alimentos.
Sin importar cuánto tiempo pueda tardar en ir adquiriendo más autonomía e independencia, siempre que reciba tu apoyo tu hijo tendrá cariño y comprensión incondicionales que lo guiarán en este proceso.
En la secundaria del Centro Educativo ECA tomamos en cuenta los cambios propios de la adolescencia, por eso impulsamos a nuestros alumnos para que se conviertan en personas responsables y capaces de tomar sus propias decisiones. Descubre en esta tabla comparativa nuestras ventajas:
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