Cuando hablamos de enseñarles a los niños el valor del esfuerzo y la determinación, no nos referimos a la idea de hacer que los niños se endurezcan. Más bien a que puedan desarrollar confianza en sí mismos y autoestima para perseguir sus sueños, lograr los objetivos que se hayan propuesto alcanzar y mantener su rumbo incluso cuando algo sea difícil.
Enseñarles a los niños el trabajo duro y la determinación ofrece oportunidades para que prueben cosas nuevas, alentarlos a través de su esfuerzo, ayudarlos a solucionar problemas cuando se encuentran con obstáculos y ofrecer elogios específicos y orientados a la actividad en lugar de sólo a los resultados.
Criar a nuestros hijos a veces pareciera tratarse de pequeños hitos: primeros pasos, primeras palabras o primeros días en la escuela. Por eso es importante elogiar no sólo los resultados, sino también el trabajo arduo y la determinación que los condujo a ellos.
El trabajo duro y la determinación son valores relevantes que enseñar a los niños y tienen un impacto de por vida en sus capacidades futuras, confianza y felicidad. Enseñar a nuestros pequeños a perseverar cuando las cosas se tornan difíciles y trabajar duro para alcanzar sus metas y aspiraciones es una de las habilidades más cruciales que nuestros niños pueden aprender.
Aquí hay 8 formas en que puedes enseñarle a tu hijo sobre esfuerzo y determinación:
Sin duda, los niños querrán continuar las acciones que son reforzadas positivamente por los adultos que los rodean. Si son elogiados más por ser naturalmente buenos al hacer una rueda de carro que al esforzarse por lograr un resultado más difícil, aprenderán que se obtienen mejores resultados al hacer cosas fáciles para ellos.
Mejor, elogia a tu hijo cuando intente algo de nuevo después de que haya fallado, o cuando lo veas practicar una habilidad una y otra vez. Esto ayudará a tu hijo a aprender que el trabajo duro, el esfuerzo y la práctica se valoran tanto como (o más que) el resultado real.
El "buen trabajo" o el "buen intento" no le da a tu hijo la información que necesita sobre sus acciones para aprender. Cuando elogias a tu hijo, sé específico sobre lo que viste y lo que te gustaría que siguiera haciendo en el futuro. “¡Trabajaste duro para investigar y escribir el informe de tu libro!” o “Me pareció genial que tomaras notas mientras estabas leyendo para recordar la información importante que querías incluir en tu informe". El elogio específico, especialmente el elogio por el esfuerzo, le permitirá a tu hijo saber que notas el trabajo que está realizando y reforzará actitudes deseables.
Cada actividad tiene su "edad apropiada", pero como padres, a veces olvidamos considerar esto en toda su dimensión a medida que nuestros hijos crecen. La mayoría de las veces, los padres subestiman las habilidades de sus hijos.
En lugar de interponerte inmediatamente cuando tu hijo pruebe algo nuevo, tómate un momento para hacer una pausa (a menos que, por supuesto, ¡la situación sea peligrosa!) Y pregúntate si es algo que tu hijo podría hacer, o si puede hacerlo. Recuerda, le tomó confianza y determinación a tu hijo intentar algo nuevo.
El trabajo de un entrenador es ayudar a expandir y perfeccionar habilidades. En lugar de arreglar o terminar algo cuando tu hijo encuentre dificultades, pregúntate qué herramienta, pensamiento o mentalidad puede ayudar a tu hijo a terminar lo que trata de hacer.
Sí, a tu hijo le llevará más tiempo concretar una actividad por cuenta propia de lo que te tomaría a ti. Pero a menos de que tu hijo practique alguna tarea por su cuenta, no podrá hacerla mejor ni más rápido.
También es importante recordar que cada vez que arreglas o terminas algo por tu hijo, le das a entender que no crees en su capacidad para que lo logre por sí mismo. Más que nada, tu hijo quiere tu amor, aprobación y creencia. ¡Así que cree en tu hijo! Espera con paciencia y aliento. La expresión de orgullo en su rostro cuando finalmente logre terminar alguna tarea difícil hará que la espera valga la pena.
Le enseñas a tus hijos a través del ejemplo todos los días, ya sea que lo reconozca o no. Intencionalmente, hacer cosas que requieran de mucho trabajo o determinación les enseña que, incluso como adulto, es importante trabajar duro para lograr objetivos.
Coméntales a tus hijos sobre acontecimientos que te hayan sucedido en que hayas pensado darte por vencido, pero en que finalmente lo intentaste de nuevo. Menciona el error que hayas cometido y cómo resolviste los problemas para obtener un mejor resultado.
Cuéntale a tu hijo algo que haya sido realmente difícil de lograr para ti. ¡Anima a tus hijos a que te compartan situaciones en las que ellos también deben trabajan arduamente! Estas conversaciones alimentan los ideales detrás del trabajo duro y la determinación.
Los libros pueden ser una herramienta poderosa para enseñar lecciones de vida a nuestros hijos. Les brindan la oportunidad de relacionarse con un personaje y ver estos valores en la práctica en entornos fáciles de entender.
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El esfuerzo es una habilidad que los niños deben desarrollar desde pequeños para conseguir buenos resultados, por lo que es de gran importancia que, como padres, lo promovamos y dejemos en claro su relevancia para el desarrollo. Aunque lo usarán para sacar buenas calificaciones o para cumplir con una tarea, en el futuro será mucho más trascendente.
En la ECA contamos con un modelo educativo que busca la calidad e innovación para conseguir la excelencia académica, por lo que siempre exigiremos a nuestros alumnos que den lo mejor de sí mismos y valoren cómo del esfuerzo surgen buenos resultados. Entra y conoce más sobre nuestro modelo educativo.
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