Si un alguien pudiera subir al cielo y contemplar todo el universo, la admiración que le causarían sus bellezas quedaría grandemente empobrecida si no tuviera alguien con quien compartir su placer. - Marco Tulio Cicerón
Diversos filósofos, científicos y pensadores coinciden en que el compañerismo y la cooperación son clave del éxito en la evolución humana como especie, pero también indispensables en el desarrollo personal.
Sin embargo, en ocasiones los niños encuentran dificultades para llevarse bien con sus pares, hacer amistades y generar habilidades sociales que les sirvan para este propósito.
Por ello, en esta ocasión te traemos 7 claves que ayudarán a los niños pequeños a fortalecer el compañerismo.
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Cultivar la empatía desde el principio
Enséñales a ponerse en el lugar de los demás, a comprender sus emociones y a actuar con consideración. Al hacerlo, se contagia una actitud de solidaridad que permite a los miembros de un grupo apoyarse mutuamente.
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Integrar y cooperar
Evitar la exclusión basada en diferencias impulsará a tus hijos a reforzar el tejido social desde la niñez, y al tener grupos diversos se les puede inculcar el trabajo conjunto y el reconocimiento de las diferencias como algo positivo.
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Compartir: un acto de amor y generosidad
La palabra “compañero” se deriva del latín compania, vocablo formado por cum, “con” y panis, “pan”; lo que da como resultado el significado “el que comparte el pan”.
De este modo, el acto de dar a los demás lo que se tiene es la esencia primaria del compañerismo. Promoverlo no solo previene disputas, sino que también propicia un sentido de comunidad y cuidado mutuo.
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Fomentar la amabilidad en todas las interacciones
La amabilidad es la moneda de intercambio en las relaciones humanas. Trata de que tus hijos se apropien de hábitos simples como dirigirse a las personas de forma cuidadosa, evitar lastimar los sentimientos de los demás y ayudar cuando sea necesario.
La amabilidad crea un entorno pacífico y favorece la generación de vínculos fuertes entre los chicos.
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Agradecer y reconocer los esfuerzos
Demostrar a los chicos cómo expresar gratitud aumenta su capacidad de apreciar los esfuerzos de los demás y lo que hacen por nosotros.
Ser agradecido alienta la humildad y también favorece un ambiente donde se celebran los logros individuales y colectivos.
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Respetar a todos todo el tiempo
Los pequeños deben aprender que el respeto es un valor no negociable y es la base de toda convivencia, por lo que no hay motivos para no practicarlo ante cualquier persona sin excepción.
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Promover la honestidad
Es necesario enseñar a los niños que ser honestos no solo es un compromiso con los demás, sino también consigo mismos. La sinceridad construye cimientos sólidos para relaciones duraderas y saludables.
La infancia es un periodo crucial en el desarrollo de los niños, donde aprenden a interactuar con sus pares y establecen las bases para tener relaciones saludables en el futuro.
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Los adultos que han internalizado principios de compañerismo desde temprana edad son individuos más felices que aportan a una sociedad más cohesionada y armoniosa, lo que marca una diferencia positiva en su entorno y en los vínculos que cultivan.
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